miércoles, 19 de octubre de 2011

SEMANA FANTÁSTICA DE LA INDIA

Hemos empezado en Protocolo a hacer actividades comunitarias. La idea es que cada uno aporte sus habilidades para poder impartir clases en aquello en lo que es bueno.

Así es que de momento, hemos empezado con las clases de la danza del vientre y con el yoga (la profesora de yoga, también tiene conocimientos de reflexología, y ya han pasado un par de cooperantes por su "consulta").

Confieso mis grandes reticencias en formar parte de ambas actividades. Mis piernas siempre se han negado a obedecer las órdenes de mi cerebro y el concepto de coordinación entre distintas partes del cuerpo, es algo que no he sido capaz de asimilar en todos estos años. 

No puedo evitar recordar que siempre que se presenta hacer este tipo de ejercicio, el día en el que me decidí a acompañar a una amiga a clases de baile, porque ella me lo pidió. La profesora de salsa de mi amiga me pidió que hiciese de su pareja, para acabar rogándome 5 minutos después que me sentase. Menos mal que ya era consciente de mi nivel de "patosidad", sino me hubiese podido crear un trauma.

Con el yoga, tengo que lidiar con mi flexiblidad. Puedo ser tan flexible como un trozo de metal. Así es que cuando la profesora (también mi compañera de casa y de trabajo) nos pide que hagamos un ejercicio que soy incapaz de hacer, intento hacer trampas. No sé si es mi risa de niña traviesa que sabe que le van a pillar la que me delata, pero siempre se acaba dando cuenta Ale de lo que intento hacer y acabo estallando en carcajadas. De todos modos, a pesar de todo, me gusta hacer posturas imposibles y que hasta el respirar (sobretodo cuando tienes tus piernas delante de tu nariz) te parezca un trabajo costoso. Ha tenido tanto éxito que las clases se han ampliado a dos por semana.

Ah!! la danza del vientre. Se supone que es un baile muy sensual. Apuesto a que sí lo es, pero cuando tienes un poco de soltura, porque sino, puede ser cualquier cosa menos sensual. Es divertido "pintar" a tu compañera con la mano y los movimientos de cadera a lo Shakira. Nora es una profesora entusiasta y dice que con unos secretos que nos desvelará seremos capaces de bailar la danza del vientre sin dificultades (eso último habrá que verlo, aún no se ha dado cuenta que soy un gran desafío como alumna).

Estamos en fase de aumentar las clases extra con la de cocina (vegetariana, porque la profesora lo es) y con inglés. No sé como irá esto último, porque me he presentado como voluntaria para ser la profesora.

En cualquier caso, ninguno de los hombres de Protocolo parece inclinado a seguir ninguna actividad colectiva.


1 comentario:

  1. Seguro que serás una profe excelente. Muy buena idea la de las actividades comunitarias y no es de extrañar que sean las mujeres las más interesadas. Pienso que realmente son ellas el mejor potencial para cambiar la situación en muchos países pobres.

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